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miércoles, 2 de junio de 2010

Copago

El copago

El copago tiene como objetivo disuadir a los usuarios de hacer un uso inadecuado del Sistema Sanitario Público, contribuyendo en cierta manera a su financiación. Incorporar este elemento en nuestro Sistema Sanitario, provocaría un importante grado de insatisfacción social, proporcionando una escasa posibilidad recaudatoria, y disuadiendo a colectivos de pacientes crónicos, que buscarían otros accesos, en los que el coste podría ser más elevado, y/o haciendo que empeore. Por tanto, en estos momentos, ni clínica, ni económica, ni socialmente parece oportuno introducir esta herramienta financiera.

Las posibles soluciones pasan por mejorar la eficiencia, no hacer mas con lo mismo, si no hacer lo mismo con menos, y sobre todo racionar las prestaciones. Es evidente que en España estamos lejos de conseguir una situación más eficiente de nuestro sistema de salud (uso inapropiado de ingresos, estancias y tecnología; excesivo gasto farmacéutico, escasa coordinación de la gestión hospitalaria con la primaria, inexistencia de red socio-sanitaria, no traslado de riesgos a los agentes, etc.)

Desde el plano de la financiación se debería valorar el coste de oportunidad de los servicios, y limitar aquellos de escasa efectividad y que no ofrecen beneficio a la salud de la población. El racionamiento de las prestaciones requiere una adecuación de los servicios proveedores a las necesidades reales de salud, que no existe actualmente en nuestro medio.

No parece haber una solución milagrosa para el problema de la escasez presupuestaria, tanto profesionales como gestores tenemos que tener clara la diferencia entre demanda y necesidad. Y cuando la primera supere a la oferta, sepamos buscar la mejor alternativa, que no parece ser desde luego ni el inefectivo copago, ni las inequitativas restricciones al acceso.

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